jueves, 19 de abril de 2018

La fotografía nuestra

La fotografía digital ha modificado la manera de mirar el mundo.


La tecnología digital ha cambiado las cámaras y el papel social de la fotografía, multiplicando el volumen de imágenes que consumimos y ampliando el número de usuarios. Los nuevos fotógrafos, que ya no encajan con el anterior perfil de aficionado a la fotografía, conviven con hechos impensables poco tiempo atrás, como los móviles con cámara o que el álbum familiar esté ahora en el ordenador, en internet o en un marco digital que combina cientos de imágenes.




El salón Sonimagfoto, que empieza  en Barcelona, ofrece una buena oportunidad para conocer las últimas novedades en este terreno y valorar la revolución que ha significado esta nueva manera de hacer fotos, también plantea incógnitas. Una de ellas, la reconversión de miles de tiendas de barrio que sufren el bajón del carrete y del papel y que buscan nuevos servicios para sobrevivir.
"Para el usuario, la facilidad de uso y la democratización son los rasgos principales de la fotografía digital. Son los elementos que la han convertido en un juguete para todos los públicos", explica Romà Gubern, catedrático de Comunicación Audiovisual en la Universitat Autònoma (UAB). "Antes la fotografía era una actividad técnica que estaba en manos de expertos. Ahora se ha ampliado su público y se ha trivializado. Esto no es bueno ni malo; es diferente. Hay cosas positivas, como que cualquiera puede captar algo que tenga interés y publicarlo en internet. Y cosas negativas, y paradójicas, como la pérdida del valor testimonial que la fotografía tenía como documento. Con programas como el Photoshop es casi imposible ver los retoques, y se hace más difícil creer en una imagen"

La fotografía es considerada una de las actividades artísticas más importantes del ser humano y su relevancia tiene que ver con muchos factores que benefician tanto al que la lleva adelante como a quien actúa como público de sus obras. La fotografía es tal vez una de las últimas artes en desarrollarse ya que, a diferencia de la pintura, la escultura, la música, la arquitectura o la literatura, no existió como tal hasta fines del siglo XIX cuando comenzaron a crearse los primeros formatos de fotografía primitiva.


En el mundo actual, la fotografía sufre un fenómeno no lejano al que Benjamin experimentó. Hoy en día la tecnología permite no sólo la reproducción perfecta de una obra original; sino que la popularidad de la fotografía y la democratización de las cámaras fotográficas, permiten crear fotografías originales que repiten otras fotografías.

En su momento los grandes fotógrafos como Cartier-Bresson recorrían las calles en busca de la imagen única. Hoy encontramos en miles de ejemplos de fotografías callejeras ecos y similitudes a las de Cartier-Bresson que no por eso dejan de ser originales.


Hoy en día es posible copiar una fotografía y al mimo tiempo ser el autor verdadero de esta imagen y en ocasiones sin un propósito objetivo de plagio. Al mismo tiempo ocurre que algunas ideas visuales, técnicas y temáticas aparecen repetidos con cierta constancia en nuestros feeds de fotografías, en los blogs que visitamos o las galerías de amigos

Es verdad que los fotógrafos con más éxito son aquellos que consiguen una muestra original y auténtica, siendo cada vez mayor el reto para encontrar la idea única. Pero al mismo tiempo entre nuestros fotógrafos favoritos también estarán aquellos que traen a nuestra presencia imágenes familiares y repetidas, pero no por eso menos hermosas.

Pero esto va un paso más allá. El fotógrafo que ha conseguido una imagen única, encontrará admiradores y fans que intentarán emularla, usando las técnicas e ideas novedosas que puede haber creado este fotógrafo, llevando sus ideas hacia otros rumbos que este no se había planteado.






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